miércoles, 13 de abril de 2011

Los últimos minutos de los 19... los primeros de los 20.

Y mientras entraba por la puerta de mi habitación las campanas daban las 12, mi cumpleaños empezaba mientras dejaba la bolsa de regalos sobre mi cama...
No había planeado que fuera especial, ni inolvidable, pero, afrontémoslo, solo habían pasado dos minutos y ya lo estaba pasando de maravilla.
Aunque sin quererlo mi mente le había evocado varias veces en la última hora mientras recordaba que la primera persona en felicitarme el año pasado, fue él. Sin embargo este año comenzó cuando yo entré en mi habitación... 
Puse el póster con las felicitaciones en mi pared y lo mire con gratitud unos minutos... tomé el librillo de Haikus que me habían regalado y recordé como hace unos minutos, cuando me lo entregaron, casi lloré.
Y pegatinas... numerosas pegatinas y chorraditas de estas que me encantan... no, no necesitaba cambiar nada... todo estaba tan bien que no me preocupé en guardarlo en mi memoria... solo en disfrutar... 
Y cuando llegué a mi habitación, y dejé las cosas en mi cama, me preocupé de no quitarme la ropa por si venían, y saqué el móvil... por si llamaban... por si llamaba.
Sin embargo llamó Laura. Sí, la esperaba también. Maldita Laura, siempre un brillante rayo de luz que mejora mis cumpleaños... porque en su tablón brillaban dos vídeos, una clásica pero no por ello mala comparación con Cristina y Meredith y la acústica... maldita acústica... me pone toda tonta...
Después de revisar el tuenti y sin más fuí a la cama, así comenzó mi cumpleaños.

miércoles, 6 de abril de 2011

Definitivamente no lo que me esperaba.

Creo que las mujeres entramos a las relaciones de pareja ilusionadas y llenas de expectativas. Al principio todo parece ideal, casi un suenio. Sentimos que a penas tocamos el piso, y por lo general queremos prolongar este estado anímico en el que todo es mas de lo que esperaba nuestro pesimista corazón. Es lamentable que mientras una se aferra mas a este espejismo, mas parece este querer esfumarse. Así el conflicto interno, el debate interminable entre la razón y los sentimientos se agudiza. Los instintos nos dicen "Corre", pero el testarudo y masoquista corazón quiere esperar, y la psique se agota, el dolor aumenta y la solución no llega. Y llegamos al punto de recordar los viejos tiempos y querer regresar a ellos con desesperación. No tenemos el valor ni la fuerza de elegir otro camino. Nos ahogamos. Nuestro ya débil sentido de auto-preservación se activa y nos vemos forzadas al cambio para sobrevivir. Nos volvemos mas duras, aprendemos a protegernos y amar menos. Y eso no lo esperábamos. Pasado un punto empezamos a marchitarnos por dentro. Se caen las flores de nuestro cerezo, desnudandolo, y aunque sabemos que pronto pasara y que volverá a florecer lo que con tanto ahínco habíamos cultivado, la verdad es que no queremos experimentar el frió invernal. Como mujeres no queremos dejar ir la esperanza, aunque el seguir conservándola signifique sufrir. Pero veces eso es exacto lo que necesitamos.

domingo, 20 de marzo de 2011

Not the highlight of my week!

So, having a relationship is not the best thing in the universe sometimes. It takes freaking balls to keep going, to forgive, to forget and get over those nasty things that might come along the way. Yeah... definetly not the easiest thing to do. But, surprisingly, those little things that seem so small compare to the bad ones are the ones that get us through the day, and even in the darkest moment make you realize all was worth it.

jueves, 17 de marzo de 2011

Sunflower

De hecho, yo estaba enfadada con él. Porque, cuando esa tarde salí de casa con mis dos primas, nuestro objetivo era ir a la casa del Sr. M y de ahí a la UASD a encontrarme con mi V.M. Cuando llegamoa  la casa de M el ya se ha ido y no me cogí el movil. Así que allí estaba yo con mis primas en un bus a la UASD, un lugar en el que nunca habiamos estado.Llegamos y vemos a toda la gente bajar, nosotras procedemos a hacer lo mismo, y entramos y nos encontramos con mi V.M.
Muy contenta de la vida por haber encontrado a mi V.M. continué insistiendo en el movil hasta que M contestó... y salió.
Cuando recuerdo mi relación con M y recuerdo ese día, recuerdo el incidente aquel. Y como todo el camino desde la UASD hasta el malecón estuve enfadada con él y él no intentó solucionarlo. Suele darme fuerzas para seguir sin él y ayudarme a pensar que él no lo vale.
Sin embargo, al llegar al malecón, M me agarró la muñeca y me llevó a la zona más cercana al mar. Allí, con la luz de las farolas, y el revoloteo de las olas frente a nosotros, su cuerpo justo detrás del mío y sus brazos rodeando mis hombros.
-¿No es esto romántico?
-Estoy enfadada contigo
-Ya no. - susurró mientras se acercaba y me besaba... sí, era extremadamente romántico. En ese momento se nos acerca el tipico vendedor de rosas, diciendole a M que si me quería, que me comprara rosas... yo le dije que no hacía falta y eso. Y su ingeniosa respuesta al florista fué.
-No gracias, pero las rosas no son lo suyo. A ella le gustan los girasoles, que son amarillo y negro, los colores que le gustan.
Tal vez sea la tonteria más grande de la historia, pero probablemente en toda mi vida le habré mencionado eso una sola vez. Una sola vez que fué suficiente para que el M al que amo no lo olvidara jamás. Un dato tan insignificante y al mismo tiempo tan importante que es capáz de hundir mi barrera de tranquilidad y caza, porque al final, solo necesito una cosa... y su nombre empieza por "M".

*V.M.: Versión Masculina
*UASD.: Universidad Autónoma de Santo Domingo

viernes, 11 de marzo de 2011

Martini con Kiwi

Creo, si no mal recuerdo, que la primera vez que le vi él llevaba el pelo rizo... y si no me equivoco esa es la razón por la que me llamó la atención.
Anoche, mientras mis tacones resonaban por la calle mientras caminaba a su lado, intentaba repasar lo que había pasado durante aquella noche. Desde el momento en que me ajustaba los pantalones antes de entrar a la Céltica hasta el momento en el que, asomándome sobre su hombro, le dije al oído que tenia tantas ganas de besarle que si no me iba en ese momento probablemente le violaría... y él me acompañó a casa. Entonces, ¿qué salió mal? Creo que me lo preguntaré durante mucho tiempo, porque mientras intentaba disimular el ruido de mis tacones al andar, y le miraba de reojo, no, no le vi salivar. Tampoco le vi acercarse disimuladamente... solo le escuché hablar, también me escuché hablar, pero, a decir verdad, parecía otra persona. Porque desde el momento en que las palabras "besarte" salieron de mi boca, no recuerdo haber dicho nada más, sin embargo lo dije, dije un montón de cosas que no recuerdo haberlas pensado antes de decirlas, solo hasta el momento en el que dije "buenas noches" y me fui a sentar en el primer banco que encontré...
Podría decir "OUCH" más alto, pero nunca más sincero. También podría ser un poco más tonta, pero creo que no me está permitido. Y como dije anoche, monja... definitivamente ser monja es mi camino...

martes, 8 de marzo de 2011

Feathered Mask

Así que ya era viernes... el viernes que tanto habíamos esperado. Me levanté con una sonrisa en los labios, con el corazón dándome ligeros saltitos de vez en cuando. Nuestro viaje comenzó tan rápido como terminó... Porque antes de darme cuenta yo ya estaba sentada en mi cama en el colegio deseando que el lunes nunca hubiera llegado.
El viernes el camino no estuvo muy animado, sin embargo mis compañeros de viaje se convirtieron en mis compañeros durante todo el fin de semana, a pesar de que al principio yo hubiera deseado ir en otro coche. Aunque al principio me fastidiara el hecho de que iba a dormir sola, que no iba a cocinar, que J no me prestara la más mínima atención, que no hubiera llevado ropa para salir por el pueblo... me fastidiaban demasiadas cosas... Acabé durmiendo acompañada por personas con las que nunca me hubiera imaginado dormir, riéndome de cosas que nunca hubiera esperado que sucederían, hablando de cosas que había enterrado hace mucho... escrutando la cara de J a detalle... tomando decisiones definitivas.
Me gustaría a veces ser más leal a mí misma... gritar más sobre lo que quiero en vez de  tragármelo. Me gustaría quitarme la máscara de la verguenza y ser un poco más yo y pensar un poco más en mí. Coger una preciosa máscara con plumas, pintarme los ojos y dejar que los demás suspiren ante mi presencia...
Sí, definitamente ha sido un buen fin de semana, pero todavía queda lo mejor.

sábado, 15 de enero de 2011

Bandas Negras

Recuerdo que fué hace mucho, muchísimo, a decir verdad.
El sol brillaba como siempre... en santo domingo el sol siempre brilla, lo vengo a entender ahora. En mis recuerdos el sol brilla aún cuando llueve... está esa claridad característica que indica que el sol está fuera, aún cuando las nubes lo intenten tapar.
Así que mientras yo me recostaba de un árbol de los del patio e intentaba seguirle la conversación a Srta. C, mientras R y E se perdían en otras cosas a mi lado... yo le ví subir las escaleras... subia hacia la 3ra planta (aquí seria el 2do piso), alto, de pelo negro, y esa complexión que supongo que busco en los chicos porque carezco de ella... llevaba esa cara tan seria que lo caracteriza y yo no hice más que mirar como una boba. No sé en qué punto C dejó de hablar y me siguió la mirada, pero antes de darme cuenta las dos estábamos idiotizadas mirando a este chico pasar. Siempre había estado ahí, se había movido a nuestro alrededor, había tomado clases en el mismo lugar que nosotras, pero, por alguna extraña razón éste era el día en que nos dejábamos absorber por su presencia.
-¿Porqué miráis al hermano de L?- preguntó E... así que era el hermano de L... L era amigo mío, bueno, al menos yo le molestaba, y el me lo permitía, así que supongo que eramos amigos... también me había liado con su mejor amigo...
Miré a C, la cuál me devolvió la mirada... -oh, sí, tenemos que ir a hablar con L- y nos levantamos para ir a ver a L...
L estaba como siempre con su mejor amigo, su novia y su amiga... ésos si que eran los 4 caballeros del apocalipsis... además estaban loquisimos y a mí me encantaba su rollo...
-L, queremos a tu hermano, ahora- jaja... creo que nunca podré olvidar la cara de satisfacción de L... esas pulseritas negras que llenaban mi muñeca... las deseaba desde hace mucho y supongo que en ese momento yo le acababa de proveer la forma de conseguirlas
-Y qué gano yo?- dijo mientras una sonrisa triunfadora se dibujaba en sus labios al mirar mis pulseritas...
-Vale... te ganas una si nos lo presentas...- L hizo amago de mirar a otro lado, cosas que desesperó a C...
-Dos! te ganas dos!- la miré mal, eran MIS pulseritas! -vamos Sara, tienes muchísimas...- me hizo un ademán  y volvió a mirar a L -te damos dos si nos lo presentas...-
-Vale!- y acabábamos de comprar nuestro billete para conocer al chico misterioso...
A decir verdad no recuerdo exactamente cómo pasó... si en ese momento L nos llevó donde estaba su hermano y nos lo presentó, o si ocurrió otro día... pero recuerdo que estábamos en las escaleras, mientras L se colocaba sus recién adquiridas banditas negras, y C parecía esconderse detrás mio... no recuerdo la cara del chico mientras su hermano nos introducía, ni recuerdo que pasó inmediatamente después... pero recuerdo que todo empezó con una bandita negra... y que esta bandita negra que está ahora en mi muñeca simboliza un principio... EL principio.