Así que ya era viernes... el viernes que tanto habíamos esperado. Me levanté con una sonrisa en los labios, con el corazón dándome ligeros saltitos de vez en cuando. Nuestro viaje comenzó tan rápido como terminó... Porque antes de darme cuenta yo ya estaba sentada en mi cama en el colegio deseando que el lunes nunca hubiera llegado.
El viernes el camino no estuvo muy animado, sin embargo mis compañeros de viaje se convirtieron en mis compañeros durante todo el fin de semana, a pesar de que al principio yo hubiera deseado ir en otro coche. Aunque al principio me fastidiara el hecho de que iba a dormir sola, que no iba a cocinar, que J no me prestara la más mínima atención, que no hubiera llevado ropa para salir por el pueblo... me fastidiaban demasiadas cosas... Acabé durmiendo acompañada por personas con las que nunca me hubiera imaginado dormir, riéndome de cosas que nunca hubiera esperado que sucederían, hablando de cosas que había enterrado hace mucho... escrutando la cara de J a detalle... tomando decisiones definitivas.
Me gustaría a veces ser más leal a mí misma... gritar más sobre lo que quiero en vez de tragármelo. Me gustaría quitarme la máscara de la verguenza y ser un poco más yo y pensar un poco más en mí. Coger una preciosa máscara con plumas, pintarme los ojos y dejar que los demás suspiren ante mi presencia...
Sí, definitamente ha sido un buen fin de semana, pero todavía queda lo mejor.
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